Despertar |
El la observaba, desnuda en la cama, durmiendo tan dulcemente, como si el tiempo no fuera con ella, no había prisa. El solo la miraba y pensaba lo afortunado que era.
Entonces, su mano, acarició su pelo, su cara, sus labios, despacio, nadie las apremiaba, poco a poco cada parte de su cuerpo iba siendo recorrida como si de una pluma se tratara, los labios empezaron a seguir el camino que las manos le mostraron y etonces, llego el momento y ella tuvo un duce despertar.
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