Ahora
esconde las manos.
Esas manos buenas de mi abuela
con las que me
acariciaba todo el pelo
y me llamaba rosa
vida, ángel rubio y guapo.
Esas manos.
Esas manos sabias de mi abuela
que hicieron cálido el invierno tejiendo
mantas mejores que las de cualquier
Penélope, que convertían la
tristeza en risa
sólo con dejarme la caja de botones
para jugar.
Esas manos.
Hoy se apuntó a un curso de internet
y no quiere
que nadie vea esas
manos,
dice que están viejas, feas, oscuras
de tanto trabajar en el
campo.
Ahora, mi abuela, esconde las manos
y no se atreve a tocar el teclado del ordenador.
Y yo, tan lejos como sigo estando de mí misma,
no le digo que esas manos
me hicieron creer en la vida tantas veces,
no le digo que esas son las manos
más hermosas que jamás tocaron
la tierra."
Sofia Castañon
*Disfrutarlo. Merece la Pena
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