Porque las cosas se pueden decir de muchas formas,
pero a veces vale más escuchar y no hablar,
porque soy dueño de mi silencio y exclavo de mis palabras,
por tu que hablas sin decir nada, y eres capaz de transmitir tantas cosas,
porque, ojala yo, pudiera, aunque fuera una sola vez, hablar como tu hablas.
Porque cuando tu hablas con tus manos, dices más que yo con mil palabras.
Solo tus besos dicen más que tus manos, sólo.
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